Momias en Chile:

Descubre esta increíble historia

Cuando se habla del proceso de momificación, automáticamente, el pensamiento nos lleva a las momias de Egipto. Sin embargo, el embalsamamiento de cuerpos no es una tradición que se inició en el país africano. En Chile, precisamente en el desierto de Atacama, el pueblo Chinchorro, hace unos 7.000 años, realizaba complejos procesos para preservar a los muertos, dos milenios más antiguos que las momias egipcias.

Luego de análisis, las momias chilenas fueron reconocidas como patrimonio humano por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Hasta el momento se han identificado y descubierto más de 300 momias en la región que fue habitada por el pueblo Chinchorro, especialistas en caza y pesca.

La momificación se realizaba por etapas. Primero, los órganos eran reemplazados por plumas, lana y cuero. Después, se aplicaba una peluca sobre el cráneo y se moldeaba la cara. Finalmente, se cubría todo el cuerpo con una capa de arcilla.

En principio, solo se momificaron los recién nacidos y los niños. Alrededor del 3000 a. C., la práctica se extendió a otros grupos de edad. El clima árido y la sal del desierto de Atacama ayudaron a preservar las momias, que estuvieron protegidas durante milenios. Actualmente, el Museo Arqueológico de San Miguel de Azapa, en Chile, exhibe parte de estas momias (unas 120 fueron trasladadas al museo).